Washington insiste en aplicar aranceles si no hay avances en seguridad y migración, pese a los canales abiertos con el equipo de la presidenta electa.
Aunque el equipo de transición de Claudia Sheinbaum ha sostenido más de 30 reuniones técnicas y políticas con funcionarios del Gobierno estadounidense, la administración de Donald Trump ha reiterado su intención de imponer nuevos aranceles a productos mexicanos si no observa “resultados inmediatos” en materia migratoria y de control fronterizo.
Desde la Casa Blanca, el secretario de Comercio, Robert Lighthizer, afirmó que “las conversaciones han sido cordiales pero infructuosas” y que el presidente Trump está “decidido a hacer respetar los intereses de Estados Unidos con todos sus socios comerciales, incluido México”. Estas declaraciones contrastan con los esfuerzos de la futura mandataria mexicana por mantener un canal diplomático abierto y evitar tensiones antes de su posesión en octubre.
México es el mayor socio comercial de EE. UU., con un intercambio que superó los 800 mil millones de dólares en 2024. La posibilidad de nuevos gravámenes genera preocupación en sectores clave como la industria automotriz y agrícola. Sheinbaum, desde Ciudad de México, ha instruido a su equipo mantener los puentes diplomáticos y reiterar su respeto al TMEC.