El británico John Clarke, el francés Michel H. Devoret y el estadounidense John M. Martinis recibieron el Premio Nobel por sus investigaciones sobre el desarrollo de procesadores cuánticos, una tecnología con potencial para transformar la ciencia y la computación moderna.
El anuncio fue realizado este martes por la Real Academia de Ciencias de Suecia, que destacó el aporte de los tres científicos para llevar “de la teoría a la práctica” un campo que hasta hace pocos años parecía inalcanzable.
Sus descubrimientos permitieron comprender mejor el comportamiento de las partículas más pequeñas de la materia, capaces de actuar como ondas y de encontrarse en varios lugares al mismo tiempo. Este principio es la base de los computadores cuánticos, sistemas que prometen superar ampliamente la velocidad y precisión de los equipos tradicionales.
John Clarke, profesor de la Universidad de California, fue pionero en el diseño de instrumentos capaces de detectar variaciones minúsculas en el magnetismo. Michel Devoret, de la Universidad de Yale, logró estabilizar las señales cuánticas necesarias para el cálculo en este tipo de máquinas. Por su parte, John M. Martinis consiguió que un procesador cuántico ejecutara tareas que los sistemas convencionales no podían realizar.
El Comité del Nobel señaló que esta tecnología podría transformar sectores como la medicina, la energía y la inteligencia artificial al permitir cálculos complejos en cuestión de segundos. Clarke, Devoret y Martinis compartirán el premio de 11 millones de coronas suecas —equivalentes a un millón de dólares—, que será entregado el próximo 10 de diciembre en Estocolmo.