El fuerte movimiento telúrico, registrado este 22 de mayo, activó protocolos de emergencia en Grecia, aunque no dejó víctimas ni daños estructurales relevantes, según autoridades locales.
El epicentro del terremoto se localizó a 79 kilómetros de Heraclión, en Creta, con una profundidad estimada de entre 60 y 68 kilómetros. La magnitud del evento y su profundidad redujeron significativamente el riesgo de destrucción, aunque se reportaron algunos derrumbes menores en viviendas deshabitadas.
El sismo fue percibido en varios países del Mediterráneo oriental, incluyendo Turquía, Egipto, Chipre e Israel. Como medida preventiva, algunas rutas turísticas fueron cerradas temporalmente, mientras el Centro Sismológico Euromediterráneo descartó riesgo de tsunami.
Creta y Santorini se encuentran en una zona altamente sísmica por la interacción de las placas africana y euroasiática. Las autoridades mantienen monitoreo constante ante la posibilidad de réplicas.