Volodímir Zelenski calificó como “pura fachada” a la delegación rusa enviada a Estambul para las conversaciones de paz. Moscú respondió llamándolo “payaso” y confirmó que Putin no asistirá.
A pocas horas del inicio formal de las negociaciones entre Rusia y Ucrania en Estambul, un intercambio de acusaciones ha tensado el ambiente diplomático.
Aunque fue el propio Vladimir Putin quien promovió el encuentro, el Kremlin confirmó que “no tiene planes por el momento” de viajar a Turquía.
La delegación rusa está integrada por funcionarios de segundo nivel, lo que contrasta con la reunión de alto perfil celebrada ayer en Moscú, donde Putin se reunió con su ministro de Exteriores y el jefe del Estado Mayor para definir la estrategia negociadora.
Zelenski, por su parte, arribó a Ankara junto a una comitiva de alto nivel, con representantes de Exteriores, el Ejército y los servicios de inteligencia.
Desde la capital turca insistió en la necesidad de una negociación seria y criticó la falta de voluntad del Kremlin al no enviar a Putin. Frente al Palacio de Dolmabahçe, en la ribera del Bósforo, decenas de reporteros se preparan para cubrir el posible inicio del diálogo.
Mientras tanto, desde el Golfo Pérsico, el presidente estadounidense Donald Trump declaró que no cree que haya progresos sin un cara a cara con Putin. “No pasará nada hasta que él y yo nos reunamos”, afirmó desde el Air Force One, en vuelo entre Catar y Emiratos Árabes. El secretario de Estado, Marco Rubio, señaló que Trump está “abierto a cualquier mecanismo que traiga la paz”.
El cruce de declaraciones aumenta el escepticismo sobre un proceso que, al menos públicamente, inicia debilitado por la ausencia de los principales líderes en la mesa. Aún no se ha confirmado el calendario oficial de las reuniones, y el riesgo de que el diálogo se frustre antes de comenzar sigue latente.