Con una inversión superior a $70 millones, el proyecto se enmarca en la línea estratégica “Ruralidad adaptada y resiliente” de la Política Pública de Cambio Climático de la Gobernación de Cundinamarca.
En Beltrán ya se ven los frutos de una apuesta diferente para proteger el bosque seco. La quema de carbón vegetal empieza a quedar atrás, mientras las familias campesinas se pasan al cultivo de melón como una alternativa rentable y amigable con el ambiente.
Desde la Gobernación de Cundinamarca se destaca que el proyecto garantiza la comercialización directa del melón y hace parte de la transición hacia economías rurales más sostenibles y “más de 120 campesinos participan en el proceso con el objetivo de erradicar la deforestación y reducir la presión sobre el bosque seco”, señaló Yamile Cerdas Rodríguez, directora encargada de Biodiversidad de la Secretaria de Bienestar Verde de Cundinamarca.
La iniciativa está respaldada por una inversión superior a $70 millones y, según la funcinaria, “integra al agrocampesinado con la sostenibilidad ambiental”, en línea con el trabajo conjunto entre la administración departamental y el municipio de Beltrán.
El proyecto se desarrolla bajo la estrategia “Ruralidad adaptada y resiliente” de la Política Pública de Cambio Climático, buscando que la producción agrícola se adapte a las nuevas condiciones del territorio sin afectar los ecosistemas.
Con una hectárea sembrada y los productores organizados, Beltrán se mueve hacia un modelo productivo que protege su riqueza natural, impulsa la economía local y demuestra que el campo puede prosperar sin destruir los bosques que lo sostienen.








