El presidente del sindicato del INPEC, Óscar Robayo, advirtió que los atentados contra guardianes en Colombia constituyen “una masacre sistemática”, con 39 funcionarios asesinados y más de 270 amenazados, en medio del control a bandas criminales dentro de los penales.
En entrevista con El Tren de la Mañana de El Dorado Radio, el presidente del sindicato del INPEC, Óscar Robayo, alertó sobre la grave situación de seguridad que enfrentan los funcionarios del sistema penitenciario en Colombia. Según explicó, los recientes ataques no son hechos aislados sino “una violencia sistemática” contra los trabajadores del Instituto.
“Desde el inicio de este gobierno, 39 funcionarios han sido asesinados y cerca de 270 han recibido amenazas. Es una masacre silenciosa contra quienes cumplen una labor del Estado”, señaló Robayo, quien atribuyó la escalada de violencia a los operativos de control en pabellones de alta seguridad, donde se enfrentan estructuras de extorsión y bandas organizadas.
El líder sindical destacó que, aunque el actual director del INPEC ha adoptado medidas parciales como rotación de turnos y trabajo remoto para algunos funcionarios, la protección externa de los guardianes recae en alcaldías, gobernaciones y el Gobierno Nacional, ya que “fuera de las cárceles somos ciudadanos comunes expuestos al riesgo”.
Robayo exigió reforzar los cordones de seguridad en torno a los penales, controles de antecedentes y presencia policial permanente, especialmente en el Valle del Cauca, donde se concentra el 70 % de los atentados. Además, pidió que el Comisionado de Paz y el Ejecutivo busquen soluciones mediante el diálogo con las estructuras criminales que operan dentro y fuera del sistema penitenciario.
El sindicato también impulsa un proyecto de ley que reduce la edad de pensión de los guardianes a los 55 años, argumentando una pérdida de expectativa de vida saludable de 12 años por la exposición a riesgos. “Somos conscientes del peligro de nuestra labor, pero necesitamos un Estado que nos respalde, no que nos silencie”, concluyó Robayo.