Entre ríos, humedales y arquitectura histórica, el municipio resalta su identidad cultural y paisajes para fortalecer la visita de turistas nacionales y extranjeros.
Ubicado en una zona estratégica del departamento de Cundinamarca, Ricaurte se reconoce por su clima cálido y por la presencia de importantes afluentes como los ríos Magdalena, Bogotá, Sumapaz y Pagüey. Este entorno ha influido en sus costumbres, su economía y las actividades que hacen parte de la vida diaria de sus habitantes.
Dentro de su patrimonio se encuentra la Iglesia Antigua de la Inmaculada Concepción, declarada Bien de Interés Cultural Nacional, un punto de referencia para quienes visitan el municipio. Junto a su arquitectura religiosa, Ricaurte mantiene prácticas tradicionales que han sido transmitidas por generaciones, entre ellas la pesca artesanal en el río Magdalena, inscrita como Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia en 2022.
El municipio también es conocido por sus celebraciones. Entre las más destacadas está el Festival de Faroles “Ricaurte Luz de Colombia”, realizado cada 7 de diciembre, donde la comunidad ilumina las calles con faroles en una noche llena de color y creatividad. Asimismo, la Semana de la Cultura y el Turismo Religioso reúne teatro, música y actividades artísticas dirigidas a habitantes y visitantes.
Los paisajes rurales son otro atractivo para quienes buscan descanso y contacto con la naturaleza. Ricaurte cuenta con senderos ecológicos, zonas de humedal como El Yulo, áreas de observación de fauna y veredas con marcada identidad campesina, donde se puede conocer más sobre las tradiciones del municipio.
La gastronomía está ligada a su relación con el río. El viudo de pescado es uno de los platos más representativos, preparado en diferentes hogares y encuentros comunitarios. Eventos como el Festival Turístico del Arenero y el Pescador incluyen muestras culinarias, competencias y actividades que resaltan el papel de los pescadores en la cultura local.
Dato curioso
Pocas personas saben que Ricaurte es uno de los municipios colombianos con mayor número de saberes asociados a la pesca artesanal reconocidos oficialmente. Su inscripción como Patrimonio Cultural Inmaterial resalta la tradición y la importancia de los pescadores como conservadores de prácticas que forman parte de la memoria del río Magdalena.








