Tras la sanción de la reforma laboral, el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, anunció que desde la próxima semana comenzarán a expedir los decretos reglamentarios que definirán los tiempos de implementación de la norma.
En un acto simbólico cargado de mensajes políticos, el presidente Gustavo Petro sancionó oficialmente la reforma laboral, uno de los proyectos más emblemáticos -y controvertidos- de su gobierno. El evento se llevó a cabo este miércoles 25 de junio en la Casa Museo Quinta de Bolívar, en Bogotá, con la presencia de líderes sindicales, congresistas afines y representantes estudiantiles.
La firma de la norma marca el final de un largo y complejo camino legislativo que incluyó múltiples obstáculos: dos hundimientos en el Congreso, amenazas de llevarla a consulta popular y una intensa jornada de conciliaciones que finalmente permitieron su aprobación a pocas semanas del cierre del período legislativo. Desde hoy, el proyecto deja de ser una propuesta para convertirse en ley de la República.
Entre los cambios más importantes está la modificación del régimen de contratación: a partir de ahora, el contrato a término indefinido será la norma general. Aunque se mantendrán los contratos por obra o labor, estos no podrán extenderse por más de cuatro años, lo que busca reducir la precarización laboral mediante vínculos temporales prolongados.
La reforma también transforma el contrato de aprendizaje del Sena, que dejará de ser una figura de auxilio económico y pasará a ser un contrato laboral formal con todas las prestaciones legales. Durante la fase lectiva, el aprendiz recibirá el 75% de un salario mínimo y, en la práctica, el 100% en la etapa productiva.
Otros ajustes clave tienen que ver con la jornada laboral y los recargos. La jornada nocturna se adelantará a las 7:00 p. m. —dos horas antes de lo establecido actualmente— y tendrá un recargo del 35%, que empezará a regir dentro de seis meses. Asimismo, los recargos por trabajo en domingos y festivos aumentarán de manera gradual: pasarán del 75% al 80% desde hoy, llegarán al 90% en julio de 2026 y alcanzarán el 100% en enero de 2027.
La jornada laboral semanal también se reduce: será de máximo 42 horas, sin disminución del salario. Estas deberán distribuirse en un rango de cinco a seis días, respetando un día de descanso obligatorio y sin superar las ocho horas por jornada. Además, las horas extras no podrán exceder las dos diarias ni las 12 semanales.
Finalmente, la nueva ley amplía la cobertura en seguridad social para trabajadores informales. Las plataformas digitales como Rappi deberán asumir parte del pago de salud y pensión para sus repartidores, aunque estos sean considerados independientes. También se permitirá que trabajadoras del servicio doméstico coticen a salud y pensión por jornadas parciales, sin perder los beneficios del Sisbén.
Con esta reforma, el Gobierno afirma que busca “dignificar el trabajo en Colombia”, mientras sectores empresariales advierten sobre el aumento de los costos y el posible impacto en la formalidad laboral.
Desde el Gobierno Nacional el Ministro de Trabajo Antonio Sanguino afirmó que tras la sanción de la ley de reforma laboral, empezarán a trabajar a partir de la próxima semana en expedir decretos reglamentarios para el inicio de la implementación de la norma. Allí se definirán los tiempos en los que cada punto entrará en vigencia.