La elección de una nueva vocera y el desarrollo de una política pública marcan nuevos pasos para garantizar el diálogo, la convivencia y la igualdad de creencias entre comunidades del departamento.
La comunidad religiosa del departamento cuenta con una nueva vocera que trabajará por los derechos y la libertad de creencias. Se trata de la pastora capellán Omaira Rueda, elegida durante la segunda sesión del Comité de Libertad Religiosa. Su labor será representar las voces de diversas confesiones ante escenarios de protección de derechos humanos.
El proceso también avanza con una política pública que será entregada el 4 de julio y que busca garantizar el respeto y reconocimiento de todas las expresiones de fe. Esta hoja de ruta incluirá acciones para prevenir la discriminación y promover la tolerancia en ámbitos sociales, culturales y educativos.
Durante la jornada se compartieron diagnósticos que identifican desafíos urgentes, como la necesidad de educación en libertad religiosa y el fortalecimiento de la articulación entre comunidades y autoridades. Estas conclusiones servirán de base para construir propuestas desde las experiencias de las personas creyentes.
El proceso es liderado por el secretario de Gobierno, Luis Fernando Navarro, junto al equipo que impulsa la política de libertad de cultos como herramienta de inclusión. El propósito es que la fe no sea un motivo de exclusión, sino un factor que favorezca el respeto entre comunidades.
La iniciativa beneficia tanto a creyentes de todas las religiones como a quienes no profesan ninguna, al contribuir a entornos más respetuosos. La comunidad contará con una vocería directa para expresar inquietudes y participar en la construcción de la política pública.
El evento reunió a delegados de iglesias, representantes sociales y ciudadanos comprometidos con la diversidad. Como símbolo de unión, se presentó un logo que acompañará la implementación en cada municipio, reflejando la pluralidad espiritual del territorio.