Durante la noche y madrugada, 68 buses llegaron a Bogotá transportando a la comunidad Emberá, que busca hacer visibles sus necesidades y exigir atención del Gobierno Nacional. Inicialmente, 43 vehículos movilizaron cerca de 2.000 personas, pero el número se duplicó con el paso de las horas.
En respuesta, las autoridades locales tomaron medidas preventivas para evitar la ocupación del Parque Nacional, históricamente utilizado en protestas similares. La Secretaría de Gobierno de Bogotá, junto con la Policía Metropolitana, cerró temporalmente la carrera Séptima entre la calle 34 y la diagonal 40. Actualmente, los indígenas permanecen frente a la sede de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) en el CAN, donde presentan un pliego de exigencias.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, señaló que su administración ha avanzado en planes para el retorno de los indígenas Emberá a sus territorios, aunque reconoció que persisten retos importantes. Galán le hizo un llamado al Gobierno Nacional a asumir su responsabilidad y garantizar soluciones integrales que brinden condiciones dignas a esta población mientras se organiza su regreso.
Por su parte, el secretario de Gobierno, Miguel Silva Moyano, destacó que estos desplazamientos masivos evidencian fallas estructurales en la atención a las comunidades indígenas. A través de su cuenta en X, Moyano resaltó su los esfuerzos del distrito para atender la crisis, aunque insistió en la necesidad de una respuesta nacional que supere la capacidad de la ciudad.
Esta situación reaviva el debate sobre la urgencia de políticas públicas sostenibles para atender a las comunidades indígenas desplazadas. Mientras las autoridades exploran alternativas, la comunidad Emberá continúa enfrentando condiciones precarias, exigiendo respuestas claras que aborden de fondo sus problemáticas históricas.
Por: Dana Correal