Este evento, realizado los días 6 y 7 de noviembre de 2024, permitió la comercialización de productos agrícolas y abrió un espacio de diálogo entre jóvenes campesinos y la academia, fomentando la creación de redes y el fortalecimiento de proyectos productivos que contribuyen al desarrollo rural.Entre los productos destacados, se encontraron yogurt, queso, mermeladas, chocolate, panela y derivados de la yuca amarga, además de un espacio académico donde colectivos y organizaciones rurales compartieron sus conocimientos.Carlos Andrés Ríos, un joven productor del Caquetá, comentó sobre el impacto de la feria en su emprendimiento de café orgánico y otros productos agrícolas, resaltando la importancia de estos espacios para visibilizar los esfuerzos de jóvenes campesinos comprometidos con la transformación de sus territorios.El evento también reflejó cómo la juventud rural busca contribuir a la paz en sus comunidades a través de emprendimientos sostenibles. Alejandra Ballen, del departamento del Guaviare, presentó su innovador producto “Cocalletas”, elaborado a partir de la planta de coca.“De esta manera podemos aportar a la paz, resignificando el cultivo de la coca y transformándolo en un recurso productivo y legal”, expresó Ballen, demostrando cómo la agroferia ha dado lugar a nuevas alternativas económicas que reemplazan las economías ilícitas.Para Joaquín Cristancho, director de Comercialización de la Agencia de Desarrollo Rural, la feria representa un avance en el camino hacia la paz y la inclusión rural: “Los jóvenes rurales que antes estuvieron destinados a la guerra, hoy están comprometidos con construir la paz. Necesitamos fortalecer sus iniciativas y capacitarlos para que permanezcan y prosperen en el campo”.
Por: Dana Correal