La guerrilla exigió una condición que el gobierno consideró inaceptable para la extensión del acuerdo.La política de paz total del presidente Gustavo Petro, que busca entablar diálogos con diversos grupos armados en Colombia, enfrenta ahora uno de sus momentos más críticos. Desde la expiración del cese el fuego, las esperanzas de reanudar las conversaciones se han desvanecido, especialmente después de que el ELN cortara toda comunicación con el gobierno, dejando el proceso en un impase.El deterioro de las negociaciones había comenzado meses antes debido a la decisión del comisionado de Paz, Otty Patiño, de abrir una mesa de diálogo con el frente ‘Comuneros del Sur’ en Nariño, una disidencia del ELN. El comando central del ELN consideró esta acción como una violación del acuerdo, lo que resultó en el congelamiento de las conversaciones.A pesar de los esfuerzos del gobierno para reactivar el diálogo, incluyendo mensajes de los negociadores, el ELN no respondió de manera concreta. Las críticas de ‘Antonio García’, comandante del ELN, hacia el ejecutivo y los continuos incidentes de violencia perpetrados por el grupo agravaron la situación.Recientemente, el ELN envió un comunicado en el que condicionó la reanudación de los diálogos al retiro de su nombre de la lista de grupos armados organizados. La guerrilla afirmó haber cumplido con los acuerdos previos y acusó al Estado de reiterado incumplimiento, rechazando la idea de continuar con una “guerra de comunicados”.Con el cese al fuego concluido y las negociaciones en suspenso, existe el temor de que el ELN pueda intensificar su actividad terrorista. La comunidad internacional y el Gobierno colombiano permanecen atentos a los posibles desarrollos en la situación.
Por: Evelin Salazar