En la historia reciente de Colombia con un grupo armado, el diálogo entre el Gobierno de Gustavo Petro y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) enfrenta un momento crítico. El actual acuerdo de cese al fuego, que ha estado en vigor durante casi un año y que concluye el próximo sábado 3 de agosto, se encuentra al borde del colapso, con las partes aún sin llegar a un acuerdo sobre su posible extensión.Las delegaciones de ambas partes deberían reunirse a más tardar esta semana para iniciar las negociaciones sobre una posible prórroga del cese al fuego. Sin embargo, hasta ahora no se vislumbra ningún avance significativo que permita reactivar la mesa de diálogo. La falta de progreso se ha visto reflejada en un reciente comunicado emitido por la delegación del ELN, en el cual se expresan dudas sobre la seriedad del Gobierno en el proceso de paz.El comunicado del ELN critica abiertamente al Gobierno, cuestionando su compromiso con los acuerdos previos. “¿Qué garantía de seriedad merece un Gobierno que no cumple lo que acuerda? ¿Qué sentido tiene que desde el Gobierno llamen al ELN a firmar nuevos acuerdos, si no cumplen los anteriores? La paz no puede ser propiedad de gobiernos que no cumplen, es un derecho de toda la sociedad”, afirma el documento. Además, el ELN ha señalado supuestos incumplimientos por parte del Gobierno, incluyendo la falta de avance en el diálogo regional con el grupo Comuneros del Sur, que opera en Nariño y que se escindió del ELN.La situación actual plantea una semana crucial para el futuro de las conversaciones de paz, con el tiempo en contra y una creciente tensión entre las partes. La extensión del cese al fuego es fundamental para mantener la estabilidad y continuar con el proceso de negociación, pero el desenlace de estas próximas jornadas será determinante para definir el rumbo del acuerdo y el futuro de la paz en Colombia.
Por: Mauricio Escobar Linares