El alcalde Carlos Fernando Galán informó que actualmente se están extrayendo 6.000 metros cúbicos de agua subterránea al día, lo que representa solo el 0,46 % del consumo total de Bogotá. Ante esta cifra, el mandatario resaltó que cualquier ampliación de esta medida debe evaluarse cuidadosamente, considerando tanto los costos como las implicaciones técnicas y ambientales.A pesar de las lluvias que llegaron en octubre, la ciudad sigue bajo un plan de racionamiento de agua para garantizar el suministro en los próximos meses. Este plan, según Galán, es una medida preventiva a corto plazo, pero es esencial explorar soluciones más sostenibles para el futuro. La captación de agua subterránea podría aliviar la crisis hídrica, aunque no debe verse como la solución definitiva debido a los desafíos que conlleva.Galán también destacó los avances en la optimización de la planta de Tibitoc, lo que ha permitido reducir la dependencia del sistema de Chingaza. Mientras que anteriormente el 70 % del agua de la ciudad provenía de Chingaza, hoy se ha disminuido al 50 %, aumentando el aporte de Tibitoc al 45 %. Esto ha ayudado a reducir la presión sobre los embalses y ha proporcionado un alivio temporal en la distribución de agua.En relación con la crisis energética, el alcalde llamó a continuar el desarrollo de las plantas de transmisión que abastecen a la región centro-oriente. Aunque reconoció las preocupaciones de algunas comunidades por los impactos ambientales de las plantas que operan con carbón, insistió en que detener su construcción pondría en riesgo el suministro energético actual y futuro de la región.Finalmente, Galán enfatizó la necesidad de encontrar un equilibrio entre las preocupaciones ambientales y las necesidades de la ciudad, si bien algunos proyectos enfrentan resistencia, es fundamental evaluar objetivamente las opciones disponibles para asegurar el suministro de agua y energía a largo plazo en Bogotá.
Por: Dana Correal