El municipio de Mosquera se convirtió en un verdadero epicentro cultural durante la celebración de la XI versión del Festival Internacional de Teatro. Durante más de diez días la comunidad vivió una fiesta artística que transformó las calles, plazas y teatros en espacios vibrantes de emoción, reflexión y talento.Con una programación diversa, el festival logró cautivar a un público de todas las edades. Obras tan emblemáticas como “Pinocho” y “Esta cabeza mía que no se puede callar” fueron algunas de las presentaciones que se ofrecieron durante el evento. Cada función fue una oportunidad para disfrutar de las artes escénicas en su máxima expresión, dejando una huella en los asistentes, quienes experimentaron momentos de asombro y reflexión.Además de su calidad artística, las obras abordaron temas universales que invitaron a la reflexión y al diálogo. Los asistentes no solo se convirtieron en espectadores, sino en parte activa de una conversación más amplia sobre la vida, la sociedad y las emociones humanas. Fue un espacio donde las historias trascendieron el escenario para tocar el corazón de cada persona.El festival también se consolidó como un punto de encuentro cultural, donde los vecinos de Mosquera, artistas y visitantes de otras regiones se unieron para disfrutar y fortalecer los lazos de la comunidad. La interacción y el entusiasmo compartido durante cada función contribuyeron al éxito rotundo del evento.Gracias a la participación activa de todos los involucrados, el Festival Internacional de Teatro de Mosquera se reafirmó como uno de los eventos más importantes de la agenda cultural local, dejando una marca indeleble en la memoria colectiva de los mosquerunos y demostrando el poder transformador de las artes.
Por: Laura Mondragón