Facatativá, Cundinamarca, enfrenta una grave crisis hídrica, agudizada por la falta de lluvias y el desvío ilegal de fuentes de agua, que ha llevado a la sequía de ríos y quebradas vitales. Las autoridades locales alertan sobre el impacto negativo en la fauna, especialmente en especies como las truchas que habitan en la quebrada Mancilla.En recientes inspecciones, se encontraron motobombas utilizadas para extraer agua de manera ilegal, lo que afecta el flujo natural de ríos y quebradas que abastecen el municipio. Además, en las inmediaciones de estas fuentes hídricas se hallaron rastros de gasolina, elevando la preocupación por el impacto ambiental y el riesgo de contaminación para los habitantes.La situación ha desencadenado una serie de operativos en las zonas altas de Facatativá, donde la Alcaldía y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) han incautado equipos y multado a infractores. A través de estos controles, se busca frenar el uso indiscriminado de agua para actividades agrícolas, que también contribuyen al agotamiento de los embalses.El alcalde de Facatativá mencionó que la falta de lluvias y la sobreexplotación de recursos naturales han reducido los niveles de agua en embalses clave como el de Mancilla, actualmente al 45% de su capacidad. La administración municipal proyecta que, de no incrementarse las lluvias, el agua disponible solo alcanzaría para abastecer a la población por un periodo de 30 a 35 días.Para enfrentar la crisis, se han iniciado estudios y diseños de nuevos pozos que podrían mejorar el suministro de agua en zonas afectadas. La administración ha solicitado apoyo de Empresas Públicas de Cundinamarca para buscar soluciones temporales, como la instalación de tanques y alternativas de perforación en zonas críticas.La comunidad, especialmente en veredas como Tierra Morada y Tierra Grata, enfrenta graves dificultades, por lo que estas medidas urgentes buscan estabilizar el suministro de agua mientras se implementan soluciones a largo plazo. La gestión adecuada de recursos y el control de intervenciones ilegales son cruciales para proteger el acceso al agua y el bienestar del ecosistema local.
Por: Alison Infante