En respuesta a la reciente ofensiva de insurgentes liderados por Hayat Tahrir Al-Sham, el ejército sirio desplegó refuerzos en la región de Alepo para contener los avances rebeldes hacia el norte de la campiña de Hama.
Durante el fin de semana, los insurgentes lograron tomar el control de puntos estratégicos como la Ciudad Industrial de Alepo, la academia militar y la escuela de artillería de campaña, generando un fuerte revés para las fuerzas de Bashar al-Assad.
Según informes del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y la agencia estatal SANA, las tropas gubernamentales han establecido una línea defensiva en el norte de Hama, mientras que ataques aéreos rusos se intensificaron en las zonas bajo control rebelde. Los Cascos Blancos reportaron bombardeos nocturnos en Idlib que dejaron tres civiles muertos y 54 heridos, agravando la crisis humanitaria en la región.
El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, anunció su respaldo al gobierno sirio y planea reunirse en Damasco con líderes locales. Mientras tanto, las fuerzas rusas mantienen su apoyo con bombardeos aéreos que buscan frenar el avance insurgente en las áreas tomadas recientemente.
La ofensiva representa un duro golpe para el gobierno de Assad, que enfrenta cuestionamientos sobre la preparación de su ejército. Este conflicto renovado revive tensiones latentes desde la guerra de Alepo en 2016 y genera incertidumbre sobre la estabilidad en Siria.
Por: Alfredo Vidal