El Rassemblement National (RN), liderado por Marine Le Pen, se queda rezagado tras su prometedor inicio, incapaz de alcanzar una mayoría absoluta. Mientras tanto, la coalición centrista de Emmanuel Macron, sufre una derrota que amenaza con paralizar su agenda legislativa.La profunda polarización entre derecha e izquierda refleja un país dividido y descontento, con electores expresando claramente su desaprobación hacia el statu quo político. Este cambio de poder podría tener impactos significativos a nivel nacional, y en las relaciones internacionales de Francia, incluyendo su postura frente a la Unión Europea y su influencia en alianzas globales como los BRICS.Con un presidente Macron enfrentándose a una Asamblea Nacional hostil, la habilidad del próximo gobierno para negociar y gobernar será determinante para evitar una crisis política mayor y avanzar en reformas esenciales.Francia entra en una nueva era de incertidumbre política con implicaciones que podrían moldear su futuro tanto dentro como fuera de sus fronteras.
Por: Alfredo Vidal