Este jueves, Perú inauguró el puerto de Chancay, una obra monumental que busca posicionar al país como un hub logístico en Sudamérica. Este megapuerto, construido por la estatal china Cosco Shipping Company con una inversión de 3.400 millones de dólares, será capaz de recibir los buques más grandes del mundo, reduciendo el tiempo de tránsito de mercancías hacia Asia en más de 12 días.La primera fase de este proyecto coincide con la visita del presidente chino, Xi Jinping, quien participa en la cumbre de líderes de APEC en Lima junto a Dina Boluarte, presidenta de Perú.El puerto de Chancay promete un impacto económico significativo. Según el Ministerio de Producción, generará 7.500 empleos directos e indirectos y aportará hasta 4.500 millones de dólares a la economía peruana, equivalente al 1,8% del PIB.Su ubicación estratégica y capacidad tecnológica lo posicionan como una alternativa más eficiente que otros puertos del Pacífico sudamericano. Sin embargo, el proyecto no está exento de críticas: organizaciones ambientalistas cuestionan su impacto en el entorno, mientras que expertos advierten sobre la creciente dependencia de Perú hacia China, reflejada también en otros proyectos como la mina Las Bambas.El impacto de Chancay trasciende las fronteras de Perú. Países como Chile temen una pérdida de competitividad en sus puertos, como el de San Antonio, que aún carece de infraestructura para recibir buques de gran calado.Por otro lado, el megapuerto abre nuevas rutas para exportaciones de minerales, soja y otros productos hacia Asia, fortaleciendo el comercio transregional. Según el analista Robert Evan Ellis, este proyecto representa un cambio en las dinámicas logísticas de la región, favoreciendo rutas directas que antes dependían de transbordos en puertos como el de Manzanillo, México.
Por: Alfredo Vidal