Las viviendas serán financiadas con recursos gestionados por la Gobernación de Cundinamarca, en respuesta a los daños del 8 de junio.
En total, en la zona rural de Medina se reportaron 27 viviendas destruidas, 250 en condición no habitable y 102 con daños menores. En el casco urbano, otras 13 viviendas quedaron en condición no habitable y 18 más presentan afectaciones estructurales.
En una primera fase, se entregarán 60 viviendas nuevas, gracias a un trabajo conjunto entre la Gobernación, la Unidad de Gestión del Riesgo y empresas privadas. “Estamos haciendo un estudio del suelo para saber en qué zonas es seguro construir y evitar problemas en el futuro”, explicó Rigaud Peña López, alcalde de Medina, quien además insistió en que solo las personas registradas en el censo podrán acceder a las ayudas.
Uno de los puntos más golpeados es la inspección de Santa Teresa, donde se calcula que el 60 % de las viviendas quedaron en ruinas, por eso, se está dando prioridad a los hogares que lo perdieron todo, no tienen otras propiedades y viven en condiciones difíciles.
Además de las casas, también se están revisando los daños en escuelas, caminos rurales y acueductos. En los próximos días, se reunirán los comités de emergencia para revisar los avances y decidir qué otros apoyos se pueden entregar en las zonas más perjudicadas.