Veinte talleres en la Comuna 6 de Ibagué fortalecen el desarrollo personal, emocional y económico de más de 30 mujeres, muchas de ellas madres cabeza de hogar y víctimas del desplazamiento forzado.
En el corazón de Ibagué, específicamente en la Comuna 6 del sector de Ambalá, un salón comunal ha dejado de ser únicamente un espacio físico para convertirse en un motor de transformación para decenas de mujeres. Lo que comenzó como una iniciativa modesta, hoy alberga un programa de formación que ha capacitado a más de 30 mujeres en áreas como artesanías, moda, cocina, cuidado personal y más.
Cada taller busca enseñar una técnica y, al mismo tiempo, brindar herramientas concretas que permitan a las mujeres generar ingresos y abrirse camino en su entorno. “Digamos las entradas para lo del hogar, pues me ha sorprendido mucho porque yo hago las cositas y también las vendo”, comenta una de las asistentes, reflejando cómo esta iniciativa ha influido directamente en su economía familiar.
Muchas de las beneficiarias son madres cabeza de hogar y víctimas del desplazamiento forzado. Para ellas, este espacio representa más que un aprendizaje: es un lugar de contención emocional. “Aquí he entregado tiempo, amor, absolutamente todo”, comparte otra participante, visiblemente conmovida.
El impacto va más allá de lo económico. Según una de las instructoras, actividades como el tejido de macramé han tenido efectos positivos en la salud mental de las asistentes: “Han venido muchas personas con depresión y ansiedad, y me han dicho que esto les ha servido demasiado”.
Este proyecto se consolida como un ejemplo de cómo la educación y el apoyo comunitario pueden cambiar vidas. Con cada taller, se tejen hilos, sueños, seguridad y nuevas oportunidades para las mujeres de Ibagué.