Campesinos de la región reciben semilla certificada y asesoría técnica para mejorar la calidad de los cultivos y reducir el uso de agroquímicos.
Más de 215 millones de pesos se están invirtiendo para impulsar una nueva etapa en la producción de papa en zonas rurales de alta montaña. Diez asociaciones campesinas ya reciben insumos y acompañamiento técnico para hacer más rentable y sostenible su trabajo.
El proyecto se implementa en ocho municipios reconocidos por su vocación agrícola, entre ellos Sesquilé, Pasca, Sibaté y Soacha. Allí, los agricultores reciben semilla certificada, fertilizantes y productos fitosanitarios para fortalecer sus cosechas.
El objetivo es claro: mejorar la calidad del tubérculo, aumentar los rendimientos por hectárea y reducir el uso excesivo de químicos que afectan el suelo y la salud de los productores. El proceso se apoya en nuevas prácticas sostenibles.
Esta iniciativa, promovida por la Federación Colombiana de Productores de Papa junto con aliados regionales, marca un nuevo camino para más de 200 familias del campo. La estrategia prioriza territorios con organización campesina activa y alto potencial productivo.
Además de los insumos, los campesinos reciben orientación técnica especializada para el manejo eficiente de sus cultivos. Se busca que cada unidad productiva alcance mejores resultados con menor impacto ambiental.
El beneficio se refleja tanto en toneladas de papa como en calidad de vida. Las familias participantes encuentran una oportunidad para avanzar hacia una producción más limpia, con mejores ingresos y mayor seguridad alimentaria en sus comunidades.