En un video divulgado por la organización terrorista, Sa’ad bin Atef al-Awlaki exhortó a ejecutar represalias violentas en territorio estadounidense sin autorización de líderes religiosos ni consulta previa.
El grupo Al Qaeda difundió un mensaje en el que su líder, Sa’ad bin Atef al-Awlaki, hace un llamado directo a los 4,5 millones de musulmanes que residen en Estados Unidos para llevar a cabo actos de venganza contra ciudadanos y figuras públicas, a quienes señala como “enemigos del islam”.
En una grabación de 34 minutos, el terrorista instó a no solicitar permiso “para matar a los americanos infieles” y mencionó explícitamente al expresidente Donald Trump, al vicepresidente JD Vance, al empresario Elon Musk, al secretario de Estado Marco Rubio y al secretario de Defensa Pete Hegseth, además de sus familias y colaboradores cercanos.
Según el Departamento de Seguridad Nacional, esta es una de las amenazas más explícitas emitidas públicamente por una organización yihadista en territorio estadounidense en la última década. En el mensaje, al-Awlaki igualmente alentó ataques contra la comunidad judía y justificó sus declaraciones como respuesta a las acciones militares en Gaza, calificándolas como “crímenes de los tiranos de la Tierra”.
El Gobierno de Estados Unidos activó protocolos de seguridad reforzada y ya se han desplegado unidades de inteligencia para evaluar el nivel de riesgo. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, respondió en su cuenta de X: “Estamos preparados. Esto lo defenderemos.”
Por su parte, exfuncionarios de seguridad nacional, como John Sandweg, calificaron el mensaje como un “llamado a la violencia sin precedentes” y advirtieron sobre el potencial de radicalización de individuos dentro del país.
Al-Awlaki, quien asumió el liderazgo de AQAP en 2024, tiene una orden de captura internacional y sobre él pesa una recompensa de seis millones de dólares.
Su mensaje ha sido interpretado por las agencias de inteligencia como una estrategia que no solo busca revitalizar operaciones autónomas tipo “lobo solitario”, sino también elevar el nivel de amenaza interna, en un contexto de creciente polarización política y social en Estados Unidos.