El municipio combina patrimonio indígena, rutas ecológicas y sabores del Tequendama para atraer visitantes durante todo el año.
La Mesa, ubicada a poco más de una hora de Bogotá, se encuentra sobre una planicie que en tiempos prehispánicos habitaron los panches. Su zona estratégica la convirtió durante años en punto de paso para viajeros, comerciantes y, posteriormente, para la ruta del ferrocarril, que dejó estaciones, puentes y trazos aún visibles en veredas como San Joaquín y La Esperanza. Esta mezcla de pasado indígena, colonial y ferroviario se evidencia en el centro del municipio, donde se conservan calles amplias, casas en tonos cálidos y una iglesia en la que se resguarda el “Cristo de los Temblores”, una imagen venerada por la comunidad desde hace décadas.
Los alrededores del municipio concentran varios de sus principales puntos de interés. La Mesa es uno de los territorios que reúnen elementos característicos del paisaje del Tequendama, como montañas suaves, quebradas y senderos que conducen a miradores desde los cuales, en días despejados, se pueden observar los nevados del Ruiz y del Tolima. Entre los sitios más frecuentados se encuentra el Salto de las Monjas, una caída de agua ubicada entre bosque nativo y visitada por quienes realizan caminatas cortas y recorridos naturales.
A estas rutas se suma una oferta turística orientada en los últimos años hacia la educación ambiental y las experiencias rurales. En la vereda La Pesquera funciona un santuario dedicado a las abejas nativas sin aguijón, donde los visitantes pueden observar las colmenas, participar en catas de miel y conocer el papel de estos insectos en los cultivos de la región. Estas actividades han impactado la economía local y han impulsado prácticas de conservación.
La gastronomía también hace parte de la identidad del municipio. Las frutas del Tequendama —mango, naranja, guayaba y maracuyá— se emplean en jugos, dulces y panes caseros ofrecidos en tiendas familiares y en la plaza de mercado. El café, cultivado en pequeñas fincas, ha incrementado su presencia en locales del centro que ofrecen preparaciones filtradas y tostado artesanal. Además de los platos tradicionales, se han desarrollado emprendimientos que incorporan productos locales en recetas contemporáneas.
La Mesa mantiene un ritmo cotidiano atractivo para visitantes que realizan viajes cortos desde la capital. Su clima templado, su relación histórica con la Expedición Botánica y la presencia de elementos propios del paisaje y la tradición campesina la posicionan como un municipio representativo del Tequendama. Las neblinas de la mañana suelen acompañar el inicio de los recorridos que llevan a conocer estos espacios y sus características culturales y naturales.








