Tras semanas de bloqueo total, Israel permitió este lunes el ingreso de cinco camiones con ayuda humanitaria de la ONU a la Franja de Gaza. La comunidad internacional ha criticado la ofensiva y exige acciones inmediatas para evitar una catástrofe.
Israel autorizó por primera vez en semanas el ingreso de un pequeño convoy de ayuda humanitaria a Gaza. Cinco camiones del sistema de Naciones Unidas lograron cruzar con suministros básicos para la población palestina atrapada en medio de los bombardeos. La cifra, sin embargo, fue calificada como “totalmente insuficiente” por organizaciones no gubernamentales y agencias humanitarias, que advierten sobre una catástrofe humanitaria sin precedentes.
Según Tom Fletcher, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, otros cuatro camiones podrían llegar el martes, aunque advirtió que la asistencia enviada apenas representa una fracción de lo que realmente se necesita. Fletcher instó a Israel a abrir más cruces fronterizos, simplificar los trámites de ingreso y garantizar la seguridad del personal humanitario. Afirmó también que la ONU trabaja para minimizar el riesgo de desvío de ayuda por parte de grupos armados como Hamás, argumento que ha usado el Gobierno israelí para justificar las restricciones.
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. El presidente francés, Emmanuel Macron, y los primeros ministros de Reino Unido, Keir Starmer, y de Canadá, Mark Carney, emitieron un comunicado conjunto en el que exigieron a Israel detener la ofensiva y permitir el acceso masivo de ayuda. Advirtieron que “no se quedarán de brazos cruzados” ante las “acciones indignantes” del gobierno de Benjamin Netanyahu, sino también que reiteran su respaldo a una solución política y dejan abierta la posibilidad de reconocer el Estado palestino como respuesta a la escalada de violencia.
Mientras tanto, la situación en Gaza sigue empeorando. Más de 1.300 palestinos han muerto en los últimos diez días, según datos del Ministerio de Salud del enclave, y miles de desplazados carecen de acceso a agua potable, electricidad o servicios médicos. La ofensiva israelí, que continúa bajo la operación “Carros de Gedeón”, busca desmantelar las capacidades militares de Hamás tras el secuestro de varios rehenes y los ataques con cohetes al sur de Israel.
La presión internacional aumenta mientras los organismos humanitarios advierten que, sin un cese inmediato de las hostilidades y un corredor humanitario estable, miles de vidas civiles podrían estar en riesgo en las próximas horas.