En la Isla Gorgona, la UNGRD y Parques Nacionales iniciaron una agenda conjunta para fortalecer la gestión del riesgo y enfrentar los riesgos en Isla Gorgona, marcados por la erosión costera, la amenaza de tsunamis y el aumento del nivel del mar. Las entidades visitaron comunidades vecinas y anunciaron intervenciones técnicas y logísticas.
El Gobierno del Cambio puso la lupa sobre los riesgos en Isla Gorgona tras un recorrido liderado por el director de la UNGRD, Carlos Carrillo, y el director de Parques Nacionales Naturales, Luis Olmedo Martínez. Durante la visita, los funcionarios inspeccionaron puntos críticos de la isla y de comunidades cercanas como Bazán y Mulatos, donde se evidenciaron impactos por erosión, mala disposición de residuos y acumulación de plástico.
Las comunidades mostraron las barreras artesanales de palos que han construido para contener el avance del mar. Aunque este método ha servido como mitigación inicial, la UNGRD confirmó que enviará un equipo técnico especializado para evaluar su eficacia y definir alternativas sostenibles basadas en la naturaleza.
Otro de los puntos priorizados fue la preparación ante tsunamis. Ambas entidades iniciaron la actualización de las rutas de evacuación, puntos de encuentro y señalización dentro del parque nacional, una zona con riesgo sísmico.
Como parte del fortalecimiento operativo, la UNGRD analiza entregar radios de comunicación y una lancha para mejorar el monitoreo y la atención de emergencias en la isla, donde la respuesta oportuna depende de la conectividad marítima.
Durante la jornada, el Gobierno destacó la necesidad de integrar conocimiento comunitario con criterios técnicos. La erosión costera y el aumento del nivel del mar afectan tanto a la biodiversidad de Gorgona como a las comunidades ribereñas del Pacífico, que han venido adaptándose con soluciones propias.
Según Carlos Carrillo, “la protección de la Isla Gorgona es una prioridad del Gobierno del Cambio”, y todas las decisiones se tomarán “desde el territorio y junto a las comunidades”.
La visita marca un nuevo impulso a las acciones de conservación y gestión del riesgo en una de las áreas protegidas más valiosas del Pacífico. El Gobierno anticipa más intervenciones en 2026, mientras expertos definen soluciones estructurales y naturales para reducir la vulnerabilidad de la región.








