En las elecciones federales de Alemania celebradas el 23 de febrero de 2025, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Friedrich Merz obtuvo la mayoría, mientras que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) alcanzó un preocupante 20% de los votos.
La jornada electoral alemana del 23 de febrero de 2025 marcó un giro significativo en el panorama político del país. La CDU, bajo el liderazgo de Friedrich Merz, emergió como la fuerza dominante, consolidando su posición en el Bundestag. Merz enfatizó la necesidad de formar un gobierno estable y eficiente, destacando la responsabilidad que conlleva este mandato.
Sin embargo, el ascenso de la AfD, que capturó aproximadamente el 20% del electorado, ha generado inquietud tanto a nivel nacional como europeo. Este incremento en el apoyo a la extrema derecha refleja una polarización creciente y plantea desafíos para las políticas liberales y democráticas tradicionales.
El canciller saliente, Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata (SPD), reconoció la derrota y felicitó a Merz por su victoria. Scholz subrayó la importancia de que la CDU mantenga distancia de la AfD, instando a todos los partidos a evitar cualquier colaboración con fuerzas ultraderechistas.
La participación electoral fue notablemente alta, la más elevada desde la reunificación alemana, lo que indica un compromiso cívico robusto en medio de un clima político tenso. Este contexto resalta la urgencia de que las fuerzas políticas tradicionales aborden las preocupaciones de los votantes que se sienten atraídos por alternativas radicales.
A nivel europeo, el resultado de estas elecciones envía señales mixtas. Por un lado, la victoria de la CDU sugiere una continuidad en la política moderada; por otro, el avance de la AfD refleja una tendencia preocupante hacia el ultranacionalismo en el continente. Este fenómeno no es exclusivo de Alemania, ya que movimientos similares están ganando terreno en otros países europeos, desafiando los valores fundamentales de la Unión Europea.