La comunidad impulsa prácticas sostenibles como la reutilización de ropa, el reciclaje, el compostaje y el cultivo de plantas aromáticas, iniciativas que promueven el cuidado ambiental y el autoempleo en la región del Gualivá.
Lo que empezó como un proceso de formación ambiental se ha convertido en una oportunidad de vida para exhabitantes de calle de la región del Gualivá. A través de talleres impulsados por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), estas personas han encontrado en el reciclaje, la reutilización y la economía circular una nueva forma de salir adelante mientras contribuyen al cuidado del medio ambiente.
La iniciativa, liderada desde la Dirección Regional Gualivá de la CAR, trabaja con integrantes de la Comunidad de Vida El Rosario, un proyecto de la Alcaldía Mayor de Bogotá con sede en Sasaima. Allí, técnicos de la Corporación han desarrollado jornadas de capacitación enfocadas en la protección ambiental y la creación de proyectos productivos sostenibles.
Entre las actividades se destacan la reutilización de ropa usada, la elaboración de artesanías con materiales reciclables, el compostaje, el cultivo de plantas aromáticas y la separación de residuos. Estas prácticas no solo contribuyen a la conservación de los recursos naturales, sino que también fomentan el autoempleo y fortalecen asociaciones autosostenibles.
“Los exhabitantes de calle han logrado potenciar sus habilidades y fortalecer sus aprendizajes para salir a crear empresas y tener sus propios emprendimientos; incluso han participado en ferias del municipio con excelentes resultados”, aseguró Andrea Blanco, líder social de la Dirección Regional Gualivá de la CAR.
Por su parte, Nelson Méndez, uno de los beneficiarios, expresó que este proceso les ha permitido transformar su vida: “Nosotros, como exhabitantes de calle, agradecemos a la CAR por el trabajo y la capacitación que nos han brindado para el cuidado del medio ambiente y del agua”.
Gracias a estas acciones, muchos de ellos han encontrado un nuevo propósito, construyendo un camino de inclusión social a través de la educación ambiental y la sostenibilidad.
Con este tipo de programas, la CAR reafirma su compromiso con una gobernanza ambiental participativa, donde el cuidado del entorno se convierte en una herramienta para dignificar la vida y fortalecer comunidades más sostenibles.
“Estas iniciativas demuestran que el medio ambiente también puede ser una puerta para la transformación social”, destacaron desde la entidad.