Las medidas que afectan al sector petrolero se dan en respuesta a la negativa de Moscú de aceptar un alto el fuego en Ucrania.
El presidente Donald Trump anunció este jueves un nuevo paquete de sanciones económicas dirigido a dos de las principales petroleras rusas, con el propósito de reducir los ingresos que sostienen la ofensiva militar del Kremlin. La decisión llega días después del fracaso de las negociaciones de paz impulsadas por Washington.
“Rusia ha elegido continuar la guerra, y responderemos con fuerza económica y diplomática”, declaró Trump desde la Casa Blanca. Según el mandatario, las restricciones incluyen congelación de activos, limitaciones comerciales y sanciones a intermediarios financieros.
Por su parte, la Unión Europea aprobó su paquete número 19 de sanciones, que amplía las restricciones a bancos, exportaciones tecnológicas y empresas energéticas. Entre las novedades figura la inclusión de dos refinerías chinas, acusadas de facilitar operaciones que eluden el precio tope al petróleo ruso fijado por el G7.
Voceros de la Comisión Europea afirmaron que la coordinación transatlántica busca “estrechar el margen económico de Moscú” y presionar una salida negociada al conflicto. No obstante, el Kremlin calificó las medidas como “una agresión económica injustificada” y advirtió represalias comerciales.
Los mercados reaccionaron de inmediato: el precio del barril Brent superó los 94 dólares, y analistas prevén un incremento temporal en los costos energéticos globales mientras se evalúa el impacto de las nuevas sanciones.