En la Sabana de Bogotá, se alza el majestuoso Salto de Tequendama, una cascada que captura la imaginación y el temor de quienes se aventuran cerca de sus aguas, su historia que se remonta a tiempos chibchas, cuando Bochica era reverenciado por su sabiduría, añade un aura mística a este lugar.
A solo una hora de Bogotá, el Salto de Tequendama es conocido por su impresionante belleza natural y por las numerosas leyendas que lo rodean, la más destacada es la de Bochica, quien, según la mitología chibcha, creó esta cascada para salvar a su pueblo de una inundación catastrófica.
En la era moderna, el Salto de Tequendama ha sido testigo de fenómenos más sombríos, ganando el perturbador apodo de "Cascada de los Muertos" debido a la cantidad de suicidios que ocurrieron allí, informes locales indican que cada año se registraban al menos cinco muertes voluntarias, desconcertando a residentes y visitantes.
Uno de los relatos más inquietantes involucra a un fotógrafo desconocido que, durante las décadas de 1920 a 1940, capturaba las últimas imágenes de aquellos que decidían poner fin a sus vidas, este fotógrafo entregaba las fotografías a las familias de las víctimas, acompañadas de mensajes desgarradores.
Las creencias populares sugieren que las almas de aquellos que perecieron en el Salto de Tequendama quedaron atrapadas en sus aguas turbulentas, condenadas a vagar eternamente, testimonios de apariciones fantasmales y susurros en noches de luna llena alimentan la leyenda de una presencia sobrenatural que acecha en la oscuridad.