Esta es su tercera visita al país asiático en dos años y ha sido recibida con críticas desde Washington.
El presidente Pedro Sánchez se encuentra en China como parte de una gira estratégica que busca fortalecer los lazos económicos bilaterales, promover inversiones en energía renovable y diversificar los mercados de exportación ante la creciente incertidumbre provocada por la nueva política arancelaria de Estados Unidos.
Durante su encuentro con el presidente Xi Jinping, Sánchez enfatizó que una guerra comercial no favorece a nadie. “Todos perdemos”, dijo, aludiendo a los recientes aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, que afectan hasta el 80 % de las exportaciones españolas a EE. UU. Sánchez también se reunirá con líderes de empresas chinas que desarrollan tecnologías limpias, como baterías eléctricas y proyectos de hidrógeno verde.
La visita ha generado incomodidad en la administración estadounidense. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, calificó el acercamiento español a Pekín como un “acto de autodaño”, asegurando que los fabricantes chinos están buscando mercados alternativos tras el cierre comercial impuesto por Washington. A pesar de ello, desde el gobierno español se insiste en que la cooperación con China no va en contra de nadie, sino que responde a una visión pragmática de protección económica.
España busca posicionarse como líder europeo en la transición energética, para lo cual depende de materias primas, paneles solares y tecnología que en gran parte son suministradas por China. España también es uno de los mayores exportadores de carne de cerdo al gigante asiático, lo que convierte en estratégica esta relación. Empresas como CATL, Envision y Hygreen Energy ya tienen inversiones millonarias en territorio español.
La gira de Sánchez, que incluye también a Vietnam, ocurre mientras la Unión Europea debate cómo responder al impacto de los aranceles de EE. UU. y a las represalias chinas. En este panorama, la estrategia de España apunta a obtener un mayor margen de maniobra económica en un mundo con bloques comerciales cada vez más cerrados.