La explosión de un bus en el peaje de Villa Rica y una serie de ataques coordinados en Cali y en municipios del Cauca reactivaron las alertas de seguridad en el suroccidente colombiano.
Al menos cuatro personas murieron y decenas resultaron heridas tras una serie de atentados registrados de manera simultánea en el Valle del Cauca y el Cauca, que incluyeron explosivos en vehículos, ataques a infraestructura vial y enfrentamientos armados. El hecho más grave se registró en el peaje de Villa Rica, donde un bus cargado con explosivos estalló, dejando varios lesionados, entre ellos personal de seguridad y conductores particulares.
En Cali, las autoridades confirmaron detonaciones en distintos puntos de la ciudad: una motobomba en el barrio Meléndez dejó un muerto y cinco heridos; otro artefacto activado en el CAI de Manuela Beltrán causó lesiones a uniformados, y una tercera explosión en el sector de Los Mangos generó daños materiales. Simultáneamente, se reportó la voladura del peaje en la vía Cali-Santander de Quilichao y el lanzamiento de cilindros bomba en la vía Cali-Palmira.
La situación fue aún más crítica en el departamento del Cauca, donde se registraron ataques con explosivos y enfrentamientos armados en Jamundí, Caloto, Corinto, Toribío, Buenos Aires y Patía. En Caloto, un policía fue asesinado por un francotirador. Las autoridades atribuyen esta ofensiva a las disidencias de las FARC al mando de Iván Mordisco, que habrían actuado en retaliación por operaciones militares recientes y en conmemoración de la muerte de Leider Johany Noscue, alias “Mayimbú”.
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, y el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, calificaron los hechos como “ataques terroristas coordinados” y anunciaron el refuerzo de la seguridad en corredores viales y áreas urbanas. La Fiscalía, junto a la Tercera División del Ejército, activó operativos para dar con los responsables y ofreció recompensas por información. La ola de violencia mantiene en máxima alerta a las autoridades del suroccidente del país.