Las energías renovables representaron el 32% de la electricidad global en 2024, marcando un avance significativo en la transición hacia fuentes más sostenibles.
Este logro se atribuye, en gran medida, a la duplicación de la generación de energía solar desde 2021, con China liderando el crecimiento al aportar el 53% del aumento global. Sin embargo, a pesar de esta expansión, el carbón sigue siendo la principal fuente de energía, con una participación del 34% en la matriz mundial.
El auge de las renovables se vio impulsado por políticas públicas más firmes, la disminución de los costos tecnológicos y un cambio en la percepción pública hacia las energías limpias.
Asia y Europa registraron importantes avances en energía solar y eólica; además, las economías emergentes incrementaron su capacidad renovable. Aun así, el carbón mantiene una presencia significativa, aunque en retroceso, debido al cierre de plantas más antiguas y la implementación de regulaciones ambientales más estrictas.
A pesar de estos avances, el desafío global sigue siendo acelerar la transición hacia un modelo energético más limpio. Para superar el 32% actual de participación de las renovables y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, será necesario mantener e incrementar las inversiones en tecnologías verdes, así como fomentar la cooperación internacional en materia climática.