El monarca británico se convirtió en el primer jefe de la Iglesia de Inglaterra en rezar públicamente con un pontífice.
El rey Carlos de Inglaterra, de 76 años, llegó a Roma la tarde del miércoles acompañado por la reina Camila para cumplir una visita de Estado calificada por el Palacio de Buckingham como “un momento de profunda relevancia espiritual y diplomática”. El encuentro tuvo lugar en el Palacio Apostólico, donde fueron recibidos con honores por la Guardia Suiza, cuerpo ceremonial del Vaticano.
Durante la reunión privada en la biblioteca papal, Carlos III y León XIV abordaron temas relacionados con el diálogo interreligioso, la crisis humanitaria en Oriente Medio y la cooperación internacional frente al cambio climático, una causa que el monarca ha defendido durante décadas. Fuentes del Vaticano señalaron que ambos líderes intercambiaron obsequios simbólicos antes de participar en una breve oración conjunta.
La audiencia marca la primera vez que un monarca británico —gobernador supremo de la Iglesia Anglicana— participa en un acto religioso con el papa, hecho considerado por analistas como un signo de acercamiento entre las dos confesiones cristianas tras siglos de división, iniciada en el siglo XVI con la separación de Enrique VIII de Roma.
El papa León XIV, elegido en mayo tras el fallecimiento del papa Francisco, expresó su “profundo respeto por los esfuerzos del soberano británico en favor de la reconciliación y el cuidado de la creación”. El Vaticano confirmó que ambos coincidieron en la necesidad de fortalecer los lazos entre las comunidades de fe para enfrentar los retos globales de la actualidad.
El viaje de Estado concluirá este viernes con una audiencia del rey ante autoridades italianas y una visita a la embajada del Reino Unido ante la Santa Sede.