Familiares, figuras del fútbol y cientos de aficionados despidieron este sábado en Gondomar a Diogo Jota y su hermano André, fallecidos en un trágico accidente de tráfico.
La localidad de Gondomar, cerca de Oporto, fue este sábado el escenario de una conmovedora despedida al delantero portugués Diogo Jota, quien falleció el pasado jueves junto a su hermano André en un accidente de tráfico. Familiares, amigos, aficionados y figuras del fútbol internacional se reunieron para rendir homenaje a uno de los jugadores más queridos del Liverpool y de la selección de Portugal.
A la ceremonia asistieron reconocidos futbolistas lusos como Bernardo Silva, Bruno Fernandes, Danilo Pereira y João Félix, además del seleccionador nacional Roberto Martínez. En representación del Liverpool, los capitanes Virgil van Dijk y Andrew Robertson llevaron coronas de flores en forma de camiseta con el número 20, el dorsal que Jota lucía en el club inglés. También estuvieron presentes entrenadores y directivos tanto del equipo británico como de la Federación Portuguesa de Fútbol.
Uno de los detalles que más llamó la atención durante el sepelio fue la ausencia del colombiano Luis Díaz, compañero y amigo cercano de Jota en el Liverpool. La situación generó múltiples reacciones entre los aficionados, especialmente por el recuerdo del gesto de solidaridad que tuvo Jota en 2023, cuando celebró un gol levantando una camiseta con el nombre de Díaz, en apoyo por el secuestro del padre del colombiano.
Aunque no viajó a Portugal, Luis Díaz se pronunció con un mensaje conmovedor en redes sociales. En su cuenta de Instagram, compartió una fotografía en blanco y negro abrazando a Jota y expresó su tristeza con palabras llenas de gratitud: “Hay gestos que uno nunca olvida, y Diogo tuvo uno conmigo que me acompañará toda la vida”, escribió.
La repentina pérdida de Diogo Jota deja un vacío profundo en el fútbol europeo y en todos quienes compartieron vestuario con él. Su talento dentro del campo y su calidad humana fuera de él fueron recordados con profunda tristeza. Gondomar lo despidió con dolor, pero también con gratitud por el legado deportivo y personal que deja atrás.