Con una inversión de 625 millones de dólares, el gobierno de Estados Unidos anunció la apertura de terrenos federales para minería de carbón, medida que impacta el mercado internacional y plantea un reto a exportadores como Colombia.
El Departamento del Interior informó que las concesiones se concentrarán en Wyoming, Montana y Virginia Occidental, con el fin de frenar la pérdida de empleos en comunidades mineras y reforzar la seguridad energética. Según la Casa Blanca, la iniciativa busca dinamizar la economía regional y responder al aumento de la demanda de energía.
Colombia, quinto exportador mundial de carbón térmico, enfrenta un doble impacto: la posibilidad de ajustes en los precios internacionales y la contradicción con sus compromisos de descarbonización. la Agencia Internacional de Energía, el carbón sigue siendo responsable de más del 40 % de las emisiones globales de CO2 en el sector energético, lo que genera tensiones frente a los objetivos de la transición energética.
En Estados Unidos, ambientalistas y legisladores opositores advirtieron que la estrategia de Trump representa un retroceso en la lucha contra el cambio climático. En contraste, el gobierno colombiano ha promovido acuerdos internacionales para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Este contraste podría convertirse en un punto de debate en foros multilaterales, donde Colombia busca ser referente regional en energías limpias.