La medida afecta a ciudadanos de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití que vivían bajo el programa de parole humanitario.
El Gobierno de Estados Unidos ha comenzado a notificar a miles de migrantes provenientes de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití sobre la finalización de sus permisos temporales de residencia y trabajo, otorgados bajo el programa de parole humanitario. La medida representa un nuevo endurecimiento de las políticas migratorias bajo la administración del presidente Donald Trump, enfocadas en reducir el ingreso y permanencia de migrantes irregulares.
El parole humanitario, que permitía la entrada legal por razones de urgencia humanitaria o beneficio público significativo, fue utilizado desde 2023 como un mecanismo para aliviar la presión migratoria en la frontera sur. Sin embargo, funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) indicaron que los beneficiarios deberán regularizar su estatus por otras vías o enfrentar procesos de deportación.
Organizaciones defensoras de derechos humanos y coaliciones migrantes han rechazado la decisión, advirtiendo que miles de personas quedarían en situación de vulnerabilidad, especialmente aquellos que huyeron de regímenes autoritarios o crisis humanitarias. “Estamos hablando de familias enteras que han construido una vida en EE. UU. y que ahora enfrentan el riesgo de ser separadas o expulsadas”, declaró Erika Andiola, vocera de RAICES.
El DHS señaló que esta acción busca “restaurar el cumplimiento de la ley migratoria” y que habrá excepciones limitadas. No obstante, expertos consideran que la medida podría intensificar las tensiones diplomáticas con los países afectados y provocar nuevas olas migratorias si no se establecen alternativas legales viables para los afectados.