La emergencia ocurrió tras un fuerte aguacero que generó una riada en la vereda Granizal, afectando también sectores de Medellín.
Una riada provocada por las intensas lluvias de las últimas horas dejó al menos diez personas muertas, quince heridas y más de mil damnificadas en el municipio de Bello y la Comuna 1 de Medellín. El desastre natural afectó gravemente la vereda Granizal, donde decenas de viviendas fueron arrasadas por el agua, lodo y piedras, dejando a muchas familias sin hogar. Las autoridades locales han declarado emergencia y activaron un plan especial de atención humanitaria.
El director del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia (DAGRAN), Carlos Ríos, confirmó que se han habilitado cinco albergues en Bello y dos más en Medellín para alojar a los afectados. “Están siendo atendidas todas las familias, más de mil personas damnificadas. El censo continúa mientras avanzan los trabajos de remoción y búsqueda”, indicó el funcionario. Equipos de bomberos, defensa civil y rescatistas permanecen en la zona.
Ríos también advirtió sobre el riesgo estructural que enfrenta gran parte de la población: “En Colombia no va a dejar de llover, pero lo que sí puede cambiar es la forma en que nos preparamos. Hoy hay más de 30 mil viviendas en zonas de alto riesgo y 140 mil en condiciones indignas. Esa realidad debe cambiar”, señaló. La falta de planificación urbana, el crecimiento informal y la ocupación de zonas de ladera han sido factores determinantes en esta tragedia.
Mientras las familias desplazadas intentan recuperarse de la pérdida total de sus viviendas y pertenencias, los organismos de socorro mantienen la búsqueda entre los escombros por si aún hay personas atrapadas. El Gobierno Departamental ha solicitado apoyo adicional al nivel nacional, mientras se reactivan los planes de reasentamiento para evitar que la tragedia se repita.