Según Rubio, esta mesa permite una comunicación directa entre los firmantes y la gobernación, atendiendo temas como riesgos de seguridad y facilitando su integración social y económica.Actualmente, 312 personas en Cundinamarca participan en este proceso, recibiendo apoyo para su transición a la vida civil, la mesa de reincorporación articula esfuerzos entre la nación y el territorio, facilitando la inclusión social y económica de quienes dejaron las armas.La ARN trabaja en cinco procesos clave, incluyendo la reincorporación y reintegración de excombatientes de diversos grupos armados. Estos esfuerzos buscan una reincorporación integral, abordando aspectos de seguridad, salud, educación y sostenibilidad económica, entre otros.Rubio resaltó que la seguridad sigue siendo un desafío significativo para los firmantes, quienes enfrentan riesgos de estigmatización por parte de la población civil, y amenazas por parte de los actores armados.La ARN ha implementado estrategias de prevención, para reducir la estigmatización y mejorar la convivencia, y la aceptación entre las comunidades.También señaló que menos del 5% de las personas en reincorporación han reincidido en actos ilícitos, lo que evidencia un bajo nivel de reincidencia, la mayoría de los firmantes continúan en el proceso y están comprometidos con la construcción de un nuevo futuro en sus comunidades.Además, el enfoque de género es una prioridad en la ARN, con iniciativas dirigidas a empoderar a las mujeres en su rol como tejedoras de paz.En Cundinamarca, varios proyectos liderados por mujeres firmantes están siendo fundamentales en la construcción de paz y el desarrollo comunitario en regiones como Sumapaz, Venecia, Cabrera, Soacha, entre otros.
Por: Víctor Castro Gómez