A pesar de las recientes lluvias en Bogotá y algunos municipios de La Sabana, los niveles de embalses como Chuza y Tominé continúan en descenso, según alertó el director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), Alfred Ignacio Ballesteros. La situación fue destacada como crítica debido a la falta de recarga en las zonas que alimentan estos sistemas de regulación.Ballesteros explicó que, aunque se han registrado algunas precipitaciones, estas no han sido suficientes en las áreas de recarga de las corrientes que abastecen los embalses. De acuerdo con el análisis de datos de la CAR, se estima que Chuza requeriría un ingreso diario de al menos 30 metros cúbicos por segundo y detener la extracción durante aproximadamente cuatro meses para que se puedan estabilizar los niveles de agua en este embalse.Sin embargo, la realidad es diferente, ya que mientras persista la ausencia de lluvias en la cuenca de la Orinoquía, donde se originan las corrientes que alimentan el sistema Chingaza, los embalses no alcanzarán su normalización. Ballesteros enfatizó que la ausencia de lluvias en los páramos y subpáramos es la principal causa de la escasez de agua en los embalses.Los niveles actuales de los embalses reflejan la gravedad de la situación, con el Agregado Norte reportando un 53.18%, el Agregado Sur un 49.70%, y el sistema Chingaza un 16.29%. Ante esta situación, el director de la CAR insistió en que el racionamiento de agua continuará hasta que se den condiciones adecuadas de lluvia en las zonas de recarga hídrica, haciendo hincapié en que las lluvias en Bogotá y La Sabana no son suficientes para recargar los embalses.
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