Con su imponente presencia, este cuerpo de agua se ha convertido en un símbolo cultural que refleja el pasado y la espiritualidad de la región.Desde tiempos precolombinos, la laguna fue un centro ceremonial para la cultura muisca, que realizaba rituales en su isla principal. La llegada de los conquistadores españoles interrumpió estos actos sagrados y marcó el inicio de un periodo de saqueo y profanación de las creencias indígenas.Entre las leyendas más conocidas, destaca la aparición de un castillo de cristal y oro durante la Semana Santa, fenómeno que solo unos pocos se han atrevido a presenciar. Cuentan que, en esos momentos, el agua se parte en dos y surge un trineo espectral que cruza la superficie, dejando un aire denso y enigmático.Otras historias hablan de mujeres seducidas por el brillo de objetos dorados en el fondo de la laguna. Muchas de ellas fueron absorbidas por sus aguas, transformando el lugar en un sitio tanto reverenciado como temido por sus habitantes y pescadores locales.Hoy, la laguna de Fúquene sigue siendo objeto de estudio y conservación por parte de entidades ambientales y culturales. A pesar de los cambios sufridos a lo largo de los siglos, la laguna aún guarda secretos que invitan a descubrir el misterioso pasado de un templo natural de leyendas y memorias.
Por: Evelin Salazar