En el vasto y misterioso viaje de la existencia, el alma no es solo un fragmento de lo que somos; es la esencia inmortal que vive a través de múltiples encarnaciones. Cada vida es una oportunidad para experimentar, aprender y evolucionar, dejando una huella energética que se entrelaza con la ley del karma, la universalmente reconocida conexión de causa y efecto.A lo largo de nuestras diversas existencias, hemos sido tanto víctimas como victimarios. Las experiencias extremas, como la guerra y el sufrimiento, moldean nuestro ser y aportan lecciones fundamentales. Cada acción, cada decisión, tiene repercusiones que se reflejan en nuestras vidas presentes, ofreciendo caminos de crecimiento espiritual que a menudo no comprendemos del todo.El karma, esa ley que guía nuestras acciones, es fundamental para nuestra evolución. Nos enseña que nuestras vivencias actuales, desde talentos innatos hasta dolores inexplicables, pueden estar conectados a las experiencias de vidas pasadas.
Por: Evelin Salazar