Diez cámaras trampa instaladas por la CAR captaron imágenes y videos que confirman la presencia del jaguar, especie clasificada como “vulnerable”. Las autoridades hicieron un llamado a su protección.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) confirmó la presencia de un jaguar adulto en inmediaciones de los municipios de Apulo y Tocaima, en la cuenca baja del río Bogotá. La verificación se logró gracias a diez cámaras trampa instaladas por expertos de la entidad, que captaron imágenes y videos del felino luego de recibir varios reportes de avistamientos por parte de la comunidad desde el pasado 13 de mayo.
“Desde el momento en que tuvimos conocimiento de la presencia del espécimen desplegamos acciones con nuestros expertos para iniciar un monitoreo constante y el análisis de su comportamiento, con el fin de definir las acciones necesarias para protegerlo, siempre priorizando la seguridad de las comunidades y la conservación de la especie”, explicó el director general de la CAR, Alfred Ignacio Ballesteros.
Los especialistas destacan que la presencia del jaguar es un signo alentador, pues indica que aún existen zonas con la calidad ambiental suficiente para albergar especies de gran valor ecológico. Sin embargo, recuerdan que el jaguar está clasificado como “vulnerable” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), debido a la pérdida de hábitat y a la cacería ilegal.
“Ojo: no intenten cazar ni hacerle daño a este animal, no solo porque es un delito y una infracción ambiental, sino porque es una especie que debemos proteger entre todos”, advirtió Ballesteros, quien recordó que actualmente la CAR tiene más de seis felinos rescatados y rehabilitados en su Centro de Atención y Valoración en Tocaima.
La entidad reiteró su llamado a no acercarse ni interactuar con el jaguar, y a reportar cualquier avistamiento o rastro a la línea oficial 316 5244031, disponible las 24 horas. Además, instó a proteger el hábitat natural evitando prácticas que deterioren los bosques y fuentes hídricas. “Cuidar al jaguar es también cuidar nuestro propio futuro”, concluyó la CAR.