Los productores de arroz en Colombia se mantienen en paro indefinido con bloqueos en las principales vías del país. Las protestas se han extendido en departamentos como Huila, Tolima, Meta, Casanare y Norte de Santander, donde los arroceros exigen precios justos y medidas urgentes para mitigar la crisis económica que atraviesa el sector.
Las manifestaciones han generado cierres intermitentes en corredores viales clave como Bogotá-Girardot, Bogotá-Villavicencio, Zipaquirá-Ubaté, Neiva-Campoalegre y la vía hacia el Líbano, en Tolima. Los bloqueos funcionan con una estrategia de cierre de seis horas y solo una hora de paso, lo que ha ocasionado retrasos en el transporte de carga y pasajeros. En el Tolima, más de 5.200 arroceros se han movilizado bloqueando puntos estratégicos como Chicoral, Gualanday y Saldaña, afectando la conexión entre Ibagué y Honda.
El gremio denuncia que enfrenta pérdidas de hasta 2,5 millones de pesos por hectárea debido a la sobreoferta del grano y a los bajos precios de compra. Según los arroceros, más de 68.000 empleos directos en 211 municipios de 23 departamentos están en riesgo. Además, los productores exigen un precio mínimo de $220.000 por carga de arroz paddy verde, controles estrictos al contrabando y una reestructuración de sus deudas para evitar la quiebra de pequeños y medianos agricultores.
Las protestas han comenzado a impactar el abastecimiento de alimentos en ciudades como Bogotá y Medellín, donde comerciantes reportan un alza en el precio del arroz debido a la reducción en la oferta. Organismos como la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) han advertido que, si el paro continúa, podría generarse una crisis de desabastecimiento que afectaría directamente a los consumidores.
El Gobierno Nacional ha instalado mesas de negociación con representantes del sector, pero hasta el momento no se han logrado acuerdos. El Ministerio de Agricultura ha anunciado que estudia medidas de compensación para los productores, sin embargo, los arroceros afirman que las propuestas no garantizan estabilidad ni soluciones reales. La falta de avances en el diálogo mantiene la incertidumbre en el sector y la tensión en las regiones donde persisten los bloqueos.