Colombia y Arabia Saudita firmaron este 29 de octubre un Memorando de Entendimiento en Riad para fortalecer la cooperación en hidrógeno limpio, energías renovables y tecnologías digitales, consolidando a Colombia como un socio clave en la transición y la seguridad energética global.
El acuerdo, suscrito por el ministro de Minas y Energía de Colombia, Edwin Palma Egea, y su homólogo saudí, Abdulaziz Bin Salman Bin Abdulaziz Al Saud, busca desarrollar proyectos conjuntos en hidrógeno limpio, eficiencia energética, economía circular del carbono, captura y almacenamiento de CO₂, así como en innovación tecnológica para la descarbonización.
El Memorando de Entendimiento, con una vigencia inicial de cinco años y posibilidad de renovación, establece un marco de cooperación bilateral que incluye la transferencia de tecnología, el intercambio de conocimiento y la creación de un equipo binacional encargado de diseñar hojas de ruta y programas específicos en todos los segmentos de la cadena energética.
“Con este acuerdo, Colombia se posiciona como un socio estratégico en la discusión global sobre energía. Queremos aprender, compartir y construir nuevas soluciones energéticas que sean sostenibles y soberanas. Este es un paso más hacia una transición justa que ponga en el centro a las personas y al planeta”, afirmó el ministro Edwin Palma Egea.
Por su parte, el ministro saudí Abdulaziz Bin Salman destacó que su país avanza hacia una matriz energética más limpia: “Arabia Saudita, a pesar de sus riquezas en energía fósil, acelera su transición energética y espera en cinco años limpiar su matriz en un 50%. Eso demuestra que es necesario descarbonizar la economía mundial y luchar contra el cambio climático”.
El Ministerio de Minas y Energía de Colombia subrayó que este tipo de alianzas refuerzan la seguridad energética nacional, diversifican las fuentes de inversión y conocimiento, y fortalecen el papel de Colombia como actor global en una transición energética justa, planificada y con justicia territorial.
La firma del acuerdo representa un paso estratégico para Colombia en su meta de impulsar una economía baja en carbono y atraer cooperación internacional para acelerar su transformación energética. El diálogo y la cooperación continúan como pilares del nuevo modelo energético colombiano.








