A 39 kilómetros de Bogotá, Choachí se consolida como un referente del turismo rural en Cundinamarca, con una oferta basada en la naturaleza, la cultura campesina y la sostenibilidad, que impulsa la economía local y promueve la conservación ambiental.
Ubicado en la provincia del Oriente cundinamarqués, Choachí se levanta a más de 2.100 metros sobre el nivel del mar y ofrece un clima templado ideal para el descanso y las actividades al aire libre. Su riqueza natural es uno de los principales atractivos: la Cascada La Chorrera, con cerca de 600 metros de caída libre, es considerada una de las más altas del país y un símbolo del municipio. También destacan la laguna El Verjón, el páramo de Cruz Verde y la formación rocosa conocida como la Cara del Indio, escenarios propicios para el senderismo, el avistamiento de aves y la fotografía.
En el casco urbano, las calles empedradas, las fachadas coloridas y la iglesia principal dedicada a la Inmaculada Concepción reflejan la historia y las tradiciones del territorio. Los fines de semana, las plazas y mercados reúnen a productores locales que ofrecen frutas, miel artesanal, tejidos y cerámica elaborada por familias campesinas.
La gastronomía es otro de los atractivos de Choachí. Platos como el cocido chiguano, la trucha frita, la arepa de maíz pelao y la fritanga campesina hacen parte de una oferta culinaria que combina ingredientes tradicionales y saberes ancestrales. A ello se suman los dulces típicos, los amasijos y el café local, productos que fortalecen la identidad regional.
A poco más de una hora y media de la capital del país, Choachí se consolida como una alternativa sostenible para quienes buscan experiencias de turismo rural. Su apuesta por la preservación ambiental, el fortalecimiento cultural y la participación comunitaria lo posicionan como un ejemplo de desarrollo equilibrado en el departamento.








