Convocó a los cancilleres de la región para analizar el despliegue de buques de guerra de Estados Unidos en el Caribe. Mientras Venezuela lo califica como una amenaza directa, Washington sostiene que son operaciones contra el narcotráfico.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC),presidida por Colombia, convocó a una reunión extraordinaria de ministros de Relaciones Exteriores para analizar la creciente tensión en el Caribe tras el despliegue de buques de guerra de Estados Unidos. La cita busca articular una posición común de los países miembros frente a lo que varios gobiernos consideran un riesgo de desestabilización regional.
El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, advirtió que su país se prepara “para luchar si Estados Unidos se atreve a poner un pie en nuestro territorio”, en referencia a la llegada de destructores de la Armada estadounidense a las aguas cercanas. Caracas sostiene que el despliegue constituye una “provocación militar” y un intento de presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
Por su parte, la Casa Blanca argumentó que la operación naval hace parte de la estrategia antidrogas impulsada por el presidente Donald Trump en su segundo mandato, enfocada en bloquear las rutas del narcotráfico hacia el sur de Florida. Voceros del Pentágono aseguraron que la presencia de buques y submarinos busca reforzar la cooperación con gobiernos caribeños y centroamericanos.
Los cancilleres de los 33 países miembros de la CELAC discutirán mecanismos de mediación para evitar una mayor escalada, al tiempo que diplomáticos de México, Brasil y Argentina han planteado la necesidad de convocar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. La reunión se realizará de manera virtual en los próximos días y se espera un comunicado oficial que defina la postura conjunta del bloque regional.