La Agencia Nacional de Infraestructura presentó este 25 de noviembre, en Villavicencio, su Plan de Acción para la vía Bogotá–Villavicencio, con intervenciones de corto, mediano y largo plazo para atender puntos críticos como el K18 y el puente Naranjal. La entidad pidió que los recursos asignados para 2026 se destinen a soluciones definitivas que garanticen movilidad segura en el corredor.
Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) socializó ante la Contraloría General sus avances y propuestas para intervenir puntos críticos de la vía Bogotá–Villavicencio, uno de los corredores estratégicos del país. Durante la reunión, realizada en la Cámara de Comercio de Villavicencio, la entidad explicó que a corto plazo se adelantan obras de mitigación en el K18 con una inversión de $9.177 millones.
El presidente de la ANI, Óscar Torres, señaló que el plan está diseñado en fases que permitan atender la emergencia vial mientras se avanza hacia soluciones definitivas. “Establecimos intervenciones de corto, mediano y largo plazo. Tenemos todos los puntos críticos identificados y buscamos garantizar la seguridad de los usuarios de esta vía estratégica”, afirmó.
A mediano plazo, la ANI propuso que los recursos del Ministerio de Hacienda de $100.000 millones para que en 2026 se destinen a la construcción del puente Naranjal, en sentido Bogotá–Villavicencio, y a la estabilización del K18, uno de los tramos de mayor riesgo por inestabilidad del terreno.
Estas obras, según la entidad, permitirán avanzar hacia una movilidad estable y segura en un corredor vial afectado históricamente por deslizamientos y cierres.
El plan de corto plazo incluye la optimización de recursos del convenio de sitios críticos que ejecuta el Invías, por $4.000 millones, más una adición ya autorizada por $2.356 millones. Adicionalmente, se gestionan $2.321 millones para nuevas actividades de mitigación en el K18.
La ANI también confirmó que, desde la Subcuenta de Obras Menores del contrato de concesión, se destinarán $500 millones para adelantar los estudios y diseños definitivos a cargo del concesionario.
La Vicepresidencia de Estructuración de la ANI analiza alternativas técnicas, jurídicas y financieras para una intervención integral del corredor. Este proceso incluye un inventario actualizado de puntos críticos, estudios de mercado y la contratación de consultoría e interventoría con miras a conformar una futura Asociación Público–Privada (APP).
El objetivo es avanzar hacia soluciones permanentes que superen las intervenciones temporales y reduzcan el riesgo en uno de los corredores más importantes para la conexión entre el centro del país y los Llanos Orientales.
La intervención de la vía Bogotá–Villavicencio es urgente, y el plan presentado marca la hoja de ruta para garantizar movilidad segura y minimizar afectaciones futuras. El debate sobre su financiación y ejecución apenas comienza.








