La intervención con maquinaria pesada comprometió el suelo, el agua y la flora nativa dentro del Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) del Macizo del Páramo de Guerrero, una zona clave para la conservación hídrica y la biodiversidad.
Durante la visita técnica, se identificó la remoción de 2,48 hectáreas de suelo con maquinaria, la apertura de una vía y la tala de especies nativas. Así mismo, se detectó la alteración de fuentes hídricas y humedales debido a la proximidad de las actividades agrícolas, lo que afecta la calidad del agua y la función ecológica de estos ecosistemas. Estas acciones contravienen la normatividad ambiental vigente, que prohíbe la intervención en zonas de protección dentro de páramos y cuerpos de agua estratégicos.
Entre las especies taladas se identificaron tuno (Miconia ligustrina), sietecueros (Tibouchina lepidota) y encenillo (Weinmannia sp.), esenciales para la estabilidad del ecosistema. En varios puntos del predio se hallaron restos de árboles arrancados de raíz, lo que afecta el equilibrio del suelo y la fauna silvestre. Además, la siembra se realizaba a menos de 30 metros de una quebrada innominada y un humedal, incumpliendo con la distancia mínima de protección establecida por la ley.
Alejandro Fiquitiva Casallas, director regional Rionegro de la CAR, explicó que las actividades identificadas ponen en riesgo la capacidad de regulación hídrica del territorio y afectan el suministro de agua en la región. “Esta actividad se estaba llevando a cabo en la ronda de protección de una fuente hídrica, en una zona importante para el recurso hídrico que se denomina Distrito de Manejo Integrado del Macizo del Páramo de Guerrero”, señaló el funcionario.
Ante la magnitud del impacto, la CAR impuso dos medidas preventivas para detener las actividades y evitar daños adicionales. Además, la entidad iniciará el proceso administrativo sancionatorio para determinar las responsabilidades de los implicados y establecer posibles sanciones.