El hecho ocurrió en la localidad de Márjanets, donde un artefacto explosivo impactó directamente contra un autobús que transportaba trabajadores, provocando una fuerte explosión y múltiples víctimas.
Un nuevo ataque ruso con dron kamikaze contra la región de Dnipropetrovsk, en el este de Ucrania, dejó al menos nueve personas muertas y más de 30 heridas, según confirmaron autoridades ucranianas.
Este ataque se suma a una serie de ofensivas recientes por parte de Rusia contra infraestructuras civiles en regiones como Odesa, Poltava y Járkiv. Medios internacionales y autoridades locales han documentado numerosos daños materiales y un creciente número de víctimas civiles en los últimos días.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó el bombardeo como “un crimen de guerra absolutamente deliberado” y reiteró su llamado a un alto el fuego inmediato y sin condiciones.
Mientras tanto, diplomáticos europeos, estadounidenses y ucranianos preparan una ronda de conversaciones en Londres, donde buscarán pactar un acuerdo para prohibir los ataques contra objetivos civiles.
El conflicto continúa escalando con consecuencias devastadoras para la población civil, en medio de un estancamiento diplomático y la intensificación del uso de drones y misiles por parte de las fuerzas rusas.